miércoles, 11 de febrero de 2015

"La Muerte Fetal Anteparto... el dolor silencioso de los padres"

     Querida Comunidad Sustentable, a partir de este mes, además de mis habituales escritos, también buscaré hablar de temas de interés respecto a la crianza, dando voz a los protagonistas de los mismos.

Iniciaremos abordando un tema del que no se habla con la suficiente apertura por la profunda tristeza que suele inundar a los padres que lo vive: la muerte fetal anteparto.

     No hablar abiertamente de los sentimientos que genera una pérdida así, a veces produce aún más dolor, pues las personas que estamos alrededor de estos padres, no sabemos qué palabras podrían traerles consuelo y nos enfrentan con nuestros propios miedos, aislando aún más a estos afligidos papás, que no saben o no sienten la confianza de compartir su pena con alguien más que la misma pareja. Y en situaciones aún más graves, incluso entre ellos cesa la comunicación por sentimientos de culpa o por la magnitud del dolor que en ocasiones los lleva a la separación. Otras veces, se mantienen juntos, pero se calla el pesar hasta que se presenta un nuevo embarazo renovando las esperanzas, pero también la angustia de que ésta vez el bebé llegue a término y nazca sano.

Por ello, quiero expresar mi profundo agradecimiento a la mamá que nos comparte este testimonio, esperando que otras mamás encuentren en sus palabras identificación, empatía y consuelo. Y las anime a compartir sus propias experiencias y sentimientos.

Testimonio de Rosalba…

“DIARIO DE UNA MUJER ELEGIDA… 

19 marzo… 3 días de retraso que estremecieron todo mi ser.
22 marzo... prueba para corroborar lo que mi intuición me susurraba.
23 marzo… unos zapatitos rojos su primera compra y el Callejón del Beso como fiel testigo para decirle… “serás papá”.
A partir de entonces, una extraordinaria energía inundó mi ser... una sabiduría ancestral me permitió conectarme con ese diminuto ser que día a día crecía, se alimentaba de mí… me hacía vibrar…
Una noche la soñé… tenía los ojos de papá… mi cabello y una hermosa sonrisa que me hizo conocer lo que significa el amor incondicional…
22 semanas de embarazo…
21 julio: el doctor no encontró más su latido… tenía 4 días de fallecida… esa noche se despidió de mí… la soñé entre pétalos de rosa… se veía dormida muy tranquila…
22 julio: parto inducido…
Sí, soy una madre que salió del hospital con las manos vacías pero quiero decirles lo siguiente:
No perdí a Sophie… se pierde algo cuando no sabemos dónde está y ella está en un lugar donde su alma experimenta paz.
Sé que en la vida tendré muchas bendiciones, pero su muerte no quita que haya sido una bendición en mi vida…
Aún soy joven y tendré más hijos… sí, soy joven pero la juventud no hace que te duela menos o más… sí, quizás tendré más hijos, pero hoy mi pena y dolor es por ella y nadie puede reemplazarla…
Pensaba que era la única en este mundo… y de pronto te das cuenta que hay muchas mujeres todas ellas guerreras que han pasado por esta experiencia…
Paradójicamente se supone que los padres son quienes enseñan y a sus 22 semanas de vida ella me enseñó… que dentro de mí, viví el extraordinario milagro de la vida, que soy más fuerte de lo que pensaba y aún con este dolor que a veces cala hasta los huesos y pesa un mar de emociones sigo viva… de pie…
Saber que estás embarazada es un proceso que lleva tiempo digerir… un cúmulo de sentimientos empiezan a crecer y de pronto estuve ante la difícil decisión de elegir qué regalar… qué conservar…pero en mi mente retumbó una verdad: “lo más valioso ya no está”; luego entonces, todo lo demás son sólo objetos… para recordarla no necesito nada de ello… lo más valioso ahora lo llevo en mi corazón… 
Ella me eligió… eligió a esta mujer para que la cargara dentro de mí por algunas lunas, pues tan corta sería su vida que necesitaba que estuviera llena de luz, de amor, de alegría. Eligió a un padre amoroso que la llenara de besos y la imaginara día a día… eligió a alguien que no sintiera egoísmo para que pudiera dejarla en libertad cuando su proyecto de vida hubiera concluido... eligió a una mujer cuya profesión implica tomar fotos de mujeres embarazadas que reflejan en su lente esa alegría intensa que sólo la dulce espera logra… que roba instantes de ingenuidad y dulzura de recién nacidos… y con miedo en un principio a lo que podría llegar a sentir… lo sigo haciendo… pues ella sabía que tendría esa fortaleza…
Ninguna persona merece estar en estos zapatos… pero muchas más lo están pasando ahora y muchas tantas otras lo harán… y hoy me siento fuerte para decirles:… esto también pasará…”

     Como corolario a estas sentidas palabras, sólo me resta comentar que de acuerdo a las Órdenes del Amor que Bert Hellinger ha identificado en su trabajo con las Constelaciones Familiares, se sugiere reconocer el lugar en la familia a este bebé fallecido, darle un nombre y honrar su breve existencia, para que ningún otro miembro de la familia tenga que hacerlo presente, sino que viva en el recuerdo del alma familiar.

Sobre este tema, recomiendo también la lectura de: Acerca de Los Niños y La Muerte, de la doctora Elisabeth Kübler-Ross, creadora de la Tanatología. Esta obra está basada en la década en la que trabajó, exclusivamente con niños, y ofrece a las familias de niños enfermos o ya fallecidos la ayuda y la esperanza necesarias para sobrevivir. En un lenguaje sencillo y cálido la doctora Kubler-Ross nos habla de los miedos, dudas, confusión y angustia de aquellos padres confrontados con una enfermedad terminal o con la muerte súbita de un hijo. En esta obra nos ofrece su visión y experiencia de cómo aportar consuelo a las necesidades emocionales del niño gravemente enfermo. Sabio, sincero y lleno de esperanza es una excelente fuente de ayuda.

Si quieres compartir tu experiencia en este espacio, escríbenos al correo electrónico: maternidadsustentable@gmail.com

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