En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, considero importante hacer esta reflexión… Las cesáreas innecesarias también son violencia.
Las cesáreas innecesarias
también son violencia… sobre todo, cuando estas cirugías van acompañadas de
falta de información y maltrato para la mamá.
Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), “las cesáreas deben ser practicadas como último recurso ante
potenciales riesgos de salud para la madre o el bebé”. Y sin embargo, en México,
actualmente (2014) el 50% de los bebés nacen por cesárea en hospitales
públicos, y el 70% en los hospitales privados. Esto es, de acuerdo a los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud
elaborada por la Secretaría de Salud de México, en doce años se incrementaron
los partos por cesárea en un 50.3%. A pesar de que la OMS estipula que
en ninguna región del mundo se pueden justificar más del 10% al 15% de cesáreas,
en México estamos sobre el 33%
¿Por qué este dramático incremento?
Algunos estudios sugieren que los médicos podrían estar realizándolas más por costumbre, entrenamiento, conveniencia económica o preocupación sobre demandas posteriores que por necesidad médica.
En el sitio Danatalblog,
mencionan un estudio mexicano que sugiere que:
“la mayoría de las cesáreas han sido practicadas a las mujeres de clases medias y altas, en las cuales se ha establecido una verdadera cultura de las cesáreas electivas, es decir, a demanda de la mujer. También se ha aumentado el índice de cesáreas en nuestro país por la falta de parteras profesionales; los obstetras tienen a su disponibilidad y están adiestrados en utilizar la tecnología incluso para los nacimientos saludables y normales. Los índices de cesáreas están influenciados generalmente por factores no médicos. Los índices son mayores en mujeres con seguro de gastos médicos privado, y son mayores en hospitales privados que públicos. Paradójicamente las mujeres casadas, no tan jóvenes, con mayores ingresos y niveles de educación, son entre las cuales existen los mayores índices de cesáreas”.
Nueve de cada 10 partos en
hospitales privados son cesáreas y cuatro de cada 10 nacimientos en los
públicos son por cesárea, según las cifras del Sistema Nacional de Información
en Salud (SINAIS). La razón de esta alta estadística es diferente entre
los hospitales públicos. Aunque para el gobierno es más costoso practicar una
cesárea que un parto vaginal, la falta de camas y de doctores en las
instituciones públicas son el factor determinante. Se estima que hay un déficit
de 50% en camas y doctores. Para asistir a toda su población materna, los
hospitales públicos tienen que completar partos rápidos y la opción es siempre
una cesárea.
No es tan difícil establecer una relación entre la grave reducción de la lactancia en México con el aumento de cesáreas, ya que en contraste, sólo el 16% de bebés gozan de una lactancia materna exclusiva los 6 primeros meses de vida. El menor índice en América Latina, con todas las consecuencias de salud para el infante y la madre que esto conlleva. Con estas cifras el gobierno mexicano parece que ha ignorado las recomendaciones que la OMS y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) le ha hecho sobre la implementación de políticas públicas integrales en materia de salud, a decir de Xaviera Cabada, coordinadora del área de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor.
Considero importante hacer esta reflexión
este día, ya que el 25 de noviembre ha sido
designado por la ONU como el Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer, como
parte de una campaña contra discriminación de género que culmina el 10 de
diciembre, el día de los Derechos Humanos, y lo aquí descrito está dentro de lo
que se le ha denominado “Violencia Obstétrica”.
¿Cómo
podemos evitar y disminuir el número de cesáreas innecesarias?
Por un lado, “es necesario
que el Sector Salud se empeñe en crear campañas que informen a las madres sobre
lo que implica una cesárea,” dice Xaviera Cabada de la organización civil El
Poder del Consumidor.
Así como la formación de
parteras y doulas profesionales que puedan acompañar a las madres en los partos
que no presentan riesgo inminente, ya sea en los hospitales o en sus hogares.
Pero por otro, y aún más
urgente, es que las mujeres nos
informemos oportunamente para conocer nuestros derechos de un parto
respetuoso, para que no quedemos a merced de prácticas médicas contrarias a
nuestra voluntad. Si estás embarazada, pregunta desde hoy a tu médico sobre sus
hábitos de alumbramiento antes de que entres en labor de parto. Investiga,
infórmate, empodérate.
Un parto respetuoso implica
que conozcas todas tus opciones antes de llegar a una cesárea, ser acompañada
amablemente en cada una de las etapas (antes, durante y después) del parto. Que
se procure el apego temprano, el alojamiento conjunto, la instauración y
consolidación de la lactancia. Si al platicarlo con tus médicos (obstetra y neonatólogo),
notas que no son afines a este tipo de prácticas, cámbialos. Busca a uno que sí
esté dispuesto apoyarte en tus necesidades de salud como emocionales. En tanto
tú o tu bebé no estén en riesgo, la decisión es tuya. Recuerda que nada es más sustentable que amar.
Propuesta de la ONU para evitar la discriminación por género.
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Fuentes:
http://www.un.org/es/events/endviolenceday/
http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=6269
http://mexico.cnn.com/salud/2014/05/09/el-aumento-de-las-cesareas-preocupa-a-los-medicos-segun-estudios
http://www.un.org/es/events/endviolenceday/
http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=6269
http://mexico.cnn.com/salud/2014/05/09/el-aumento-de-las-cesareas-preocupa-a-los-medicos-segun-estudios
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